El territorio que abarca, está marcado por la evidencia arqueológica de la presencia de aborígenes, que arribaron a sus costas en el transcurso del siglo IX, nativos araucanos procedentes de la zona norte de Venezuela, fusionándose así dos culturas: la pre-agroalfarera con cazadores, pescadores y agricultores y la agroalfarera, que también desarrollaron la alfarería. Los asentamientos se ubicaron fundamentalmente en Punta de Hicacos , Nuevo Mundo y Ojo de Toro pasando a formar parte del patrimonio histórico del lugar.